sábado, 15 de marzo de 2008

DIEGO TRELLES, El circulo de los escritores asesinos, Candaya 2005

Cuando Gombrowicz decía aquello de que una novela policíaca era un intento de organizar el caos, en su celebre “Cosmos” donde nos vuelve locos y nos lleva a rutas que pocos autores han explorado, así Trelles, en su novela El circulo de los escritores asesinos, nos organiza un caos delictivo al puro estilo de Bolaño el Pater de está nueva casta de autores que van a revolucionar la literatura o que ya la están revolucionando. La novela nos pone frente a un crimen: el asesinato de un crítico literario, (desde ese momento creo que se gana a buena parte de lectores sobretodo a los autores-lectores) La forma es especialmente atractiva, se trata de cuatro manuscritos que intentan explicar el asesinato de García Ordóñez donde el antólogo es Alejandro Sawa el personaje que con suma delicadeza nos cuida en la lectura pues es él quien nos va dando pistas y nos va guiando en esta pieza oscura de Trelles.
La literatura y el cine son la divas que nos van a enganchar, la poesía es un apartado de lujo con la idolatría que sus personajes tienen a uno de los genios de poesía de nuestro idioma como Vallejo, es un homenaje también al Quijote, a varios cineastas como: Bergman, Truffaut, Godard, Rohmer, Pasolini… bueno, estoy seguro que no me alcanzaría hoja para mostrar a todos los homenajeados. Una de las cosas que más motiva en la lectura de la novela es la zoología literaria limeña, gente que se reúne en bares peligrosos, putas, ciberpunks lamentables, eruditos de barra todo eso que flota en el ambiente de un mundo cultural hostil y que se cuida con cuchillo en mano, además de Lima la novela se ubica en Texas y Etiopía.
El chato, Larrita, Ganivet y Casandra junto con Sawa son los que completan El grupo salvaje; la forma como Trelles maneja el hilo conductor a través de un personaje que es como un Dios que todo lo mira, que todo lo corrige, que nos muestra el camino, que a la vez nos hace partícipes, que nos genera la intriga y con él trabaremos una especie amistad insegura. Tener buena vista, como dice Santiago Roncagliolo en el prólogo al respecto de si es un libro de detectives “El único detective es el lector. Sólo a él le corresponde decidir la ruta correcta para navegar por sus páginas.”
Hopper, Vallejo, Godard, Larra o Larrita y su “club de enemigos de Neruda” Onetti junto con las garrapatas de la noche, el amor, la muerte todo intentando llegar a destapar el misterio, sin embargo el final parece haber sido a mata caballo, a ciego en pleno tráfico madrileño porque las primeras hojas son magnéticas no te sueltan y en la parte final siento que decae como si se hubiera borrado algo de tinta en toda la trama, pero uno tiene que leer con lupa y pipa esta novela, eso es ineluctable, el juego está en el ambiente y Diego Trelles reparte las cartas, la mesa está plagada de ludópatas y alguien tiene más de un Póquer.
Diego Palmath

(Esta reseña será publicada en el nº10 de la Revista "Eclipse")

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por qué mataron al afamado crítico literario García Ordoñez? Aunque todos se declaran inocentes, el asesino es uno de los integrantes del Círculo...