jueves, 12 de junio de 2008

martes, 6 de mayo de 2008

Notas sobre la obra de Ezequiel Martínez LLorente

Sobre Personas que acoges cuando no viene nadie (zaragoza, Eclipsados, 2008)

David Barreiro en su blog Duermevela:
Es un libro de relatos publicado por Eclipsados. Retazos de vida en coches, aparcamientos y centros comerciales. En la sala de estar y el dormitorio de una casa que podría ser la nuestra. Recuerda a los grandes cuentistas norteamericanos del siglo XX: John Cheever, Raymond Carver, Lorrie Moore, David Leavitt, Richard Ford.
Un magnífico libro en una cuidada y atractiva edición.

http://revistaduermevela.blogspot.com/2008/01/nuestra-estanteria.html


Pablo Lorente en Heraldo de Aragón:

Ezequiel Martínez reaparece en el panorama literario después de ganar el Premio de Narrativa de la Universidad de Zaragoza en 2002. La primera sorpresa es el sugerente título, rico en matices e hipótesis. La segunda es la naturaleza de la obra, un híbrido libre y abierto a la interpretación, hermético en cierta medida, didáctico si así lo queremos ver. El libro se divide en 23 secuencias, cada una de ellas con distintos títulos que nos trasladan a momentos de la vida cotidiana. Toman la palabra personajes y lugares que cada uno podríamos aplicar a nuestro mundo. Y sin embargo, detrás de la aparente independencia de los relatos, hay un fuerte nexo de unión entre ellos, algo que nos produce una familiar sensación de extrañamiento, que nos traslada a los territorios universales del aprendizaje y la soledad, de lo cercano y de lo auténtico. Una familiaridad tremendamente agradable.


Opiniones de Juan Carlos Ara Torralba:

Respecto de la frescura de su primer libro, "Imarginaciones es una autografía", estas
"Personas" ganan en reflexividad y hondura. Quiero decir que se nota un buen manejo de las capacidades del narrador y, sobre todo, destreza en el hacer y deshacer de las elipsis. Es muy importante el saber contar y el saber quién y qué cuenta para levantar estos cuadros cotidianos inquietantes. Sí, es cierto que en "Personas" hay bastante de Carver, Cheever o Leavitt, pero se ha sabido imitar no la "manera"
superficial de aquellos, sino su modo profundo, el lugar exacto desde donde se cuentan las historias. Es este modo el que de la unidad a los relatos, ciertamente.

Sobre Imarginaciones

Mario Ropero, Diario de Teruel:

Este libro lo conforman una colección de relatos cortos que nos proponen un recorrido atrevido y diáfano por el mundo cotidiano, del cual extraen el máximo partido con un talante que circunda los riesgos más irreverente.
Su prosa es una constante implicación con el devenir de los hombres, ahondando con una ternura adolescente en el desasosiego, las dudas y el desengaño.
Esta obra se convierte por derecho propio en un referente, en un icono de prosística moderna con pinceladas poéticas que nos llevará a una profunda reflexión sobre nosotros mismos.

Julio José Ordovás en Heraldo de Aragón:
No es una perogrullada: si el nombre del autor no te dice nada, y si ni la cubierta ni el título te enganchan al primer golpe de vista, tus manos saltan automáticamente a otro libro. “Personas que acoges cuando no viene nadie” (Eclipsados) tiene una cubierta horrenda y un título disuasorio, y el nombre de su autor puede que te recuerde al editor de “Eñe”, el suplemento cultural del periódico argentino “Clarín”, pero nada más. Y sin embargo, pocos libros tan llamativos como este. EzequielMartínez es el más “freak” de los escritores aragoneses, un extraterrestre que no se sabe bien de qué planeta literario ha venido. Lo demostró con su primer libro, de título aún más horripilante: “Imarginaciones es una autografía”. Pero ya en aquel libro que publicó Prensas Universitarias en 2003 había una voz insólita y una mirada profundamente dislocada: la voz y la mirada de un escritor que sigue su propio camino, silbando una canción extraña e inquietantemente pegadiza.

sábado, 15 de marzo de 2008

DIEGO TRELLES, El circulo de los escritores asesinos, Candaya 2005

Cuando Gombrowicz decía aquello de que una novela policíaca era un intento de organizar el caos, en su celebre “Cosmos” donde nos vuelve locos y nos lleva a rutas que pocos autores han explorado, así Trelles, en su novela El circulo de los escritores asesinos, nos organiza un caos delictivo al puro estilo de Bolaño el Pater de está nueva casta de autores que van a revolucionar la literatura o que ya la están revolucionando. La novela nos pone frente a un crimen: el asesinato de un crítico literario, (desde ese momento creo que se gana a buena parte de lectores sobretodo a los autores-lectores) La forma es especialmente atractiva, se trata de cuatro manuscritos que intentan explicar el asesinato de García Ordóñez donde el antólogo es Alejandro Sawa el personaje que con suma delicadeza nos cuida en la lectura pues es él quien nos va dando pistas y nos va guiando en esta pieza oscura de Trelles.
La literatura y el cine son la divas que nos van a enganchar, la poesía es un apartado de lujo con la idolatría que sus personajes tienen a uno de los genios de poesía de nuestro idioma como Vallejo, es un homenaje también al Quijote, a varios cineastas como: Bergman, Truffaut, Godard, Rohmer, Pasolini… bueno, estoy seguro que no me alcanzaría hoja para mostrar a todos los homenajeados. Una de las cosas que más motiva en la lectura de la novela es la zoología literaria limeña, gente que se reúne en bares peligrosos, putas, ciberpunks lamentables, eruditos de barra todo eso que flota en el ambiente de un mundo cultural hostil y que se cuida con cuchillo en mano, además de Lima la novela se ubica en Texas y Etiopía.
El chato, Larrita, Ganivet y Casandra junto con Sawa son los que completan El grupo salvaje; la forma como Trelles maneja el hilo conductor a través de un personaje que es como un Dios que todo lo mira, que todo lo corrige, que nos muestra el camino, que a la vez nos hace partícipes, que nos genera la intriga y con él trabaremos una especie amistad insegura. Tener buena vista, como dice Santiago Roncagliolo en el prólogo al respecto de si es un libro de detectives “El único detective es el lector. Sólo a él le corresponde decidir la ruta correcta para navegar por sus páginas.”
Hopper, Vallejo, Godard, Larra o Larrita y su “club de enemigos de Neruda” Onetti junto con las garrapatas de la noche, el amor, la muerte todo intentando llegar a destapar el misterio, sin embargo el final parece haber sido a mata caballo, a ciego en pleno tráfico madrileño porque las primeras hojas son magnéticas no te sueltan y en la parte final siento que decae como si se hubiera borrado algo de tinta en toda la trama, pero uno tiene que leer con lupa y pipa esta novela, eso es ineluctable, el juego está en el ambiente y Diego Trelles reparte las cartas, la mesa está plagada de ludópatas y alguien tiene más de un Póquer.
Diego Palmath

(Esta reseña será publicada en el nº10 de la Revista "Eclipse")

domingo, 10 de febrero de 2008

Once poetas críticos en la poesía española reciente, Coordinador Enrique Falcón, Canarias, Ediciones de Baile del Sol, 2007, 298 páginas.

Más allá de la creación literaria una serie de conceptos se balancean haciéndose notar en ocasiones, desapareciendo en otras. Verdad, autenticidad, normalidad y compromiso conviven en esta antología coordinada por Enrique Falcón que cuenta con la presencia de Jorge Riechmann, Daniel Bellón, Isabel Pérez Montalbán, David González, Antonio Orihuela, Antonio Méndez Rubio, Miguel Ángel García Argüez, David Franco Monthiel, David Eloy Rodríguez, José Mª Gómez Valero y el propio Falcón.
Éste es sin duda un buen momento para hablar de todas estas cosas, para mostrar todo aquello que tiene que ver con una actitud valiente y comprometida en la poesía (Luis Bagué, recientísimo premio Hiperion, en su ensayo Poesía en pie de paz, modos del compromiso literario hacia el tercer milenio, Pre-Textos 2007, realiza, con la extrema claridad que le caracteriza, un ensayo sobre la cuestión y reflexiona sobre los distintos tipos de compromiso) y lo es porque de un tiempo a esta parte quizá el factor diferencial andaba algo escaso en la poesía española última, tal vez por el escaso riesgo adquirido por los autores ante el reto de sorprender al lector o tal vez por la difícil tarea de renovarse ante cada uno de los libros; lo es también para que las poéticas de riesgo ocupen el lugar que merecen en las estanterías de las librerías y en el panorama poético nacional.
Enrique Falcón asume el oficio de coordinador con fidelidad, sin vicios adquiridos. Recoge en este libro a los poetas que se caracterizan por tener un espíritu crítico marcado desde su condición de creadores y aunque algunos nombres quedan fuera (como en toda antología que se precie) los que la habitan lo hacen con plenos poderes. Nadie mejor que él, o muy pocos tan bien como él, para encargarse de la selección de una obra semejante. La sombra de Alicia Bajo Cero y su magnífico y necesario Poesía y poder se percibe en el trasfondo de las páginas y la certeza de su pervivencia completa las magníficas sensaciones que deja en el lector este volumen.
Cuestión de gustos es ya decantarse por uno u otro autor: el dardo moral de David González (honesto siempre, con su poesía y su conducta vital, que alcanzará un nuevo capítulo próximamente en la Editorial Bartleby), la salmodia demoledora de Falcón (y esa versión final de La marcha de los 150.000.000 que se asoma ya tras el verano), la estructura no-poética de Orihuela (su lirismo descarnado construido con enorme esmero a lo largo de más de 15 libros y que se resume a la perfección en una antología personal publicada por Ediciones del Satélite, fuerte apuesta del joven poeta y editor riojano Lucas Rodríguez), el magnetismo del verso de Riechmann (que no admite una sola lectura y permanece por mucho tiempo en la memoria), la lucha contra el lenguaje y sus formas planteada por Méndez Rubio (y esos versos de gran clase que el lector no puede olvidar)…
Ediciones de Baile del sol viene apostando por algunos de estos poetas desde hace ya algún tiempo y a los mencionados en esta antología hay que sumar en el índice de autores de la editorial a otros con mensajes también comprometidos como Vicente Muñoz Álvarez, José Blanco o Roxana Popelka. Una seña editorial con algún que otro precedente pero comprometida con este tipo de poesía crítica como muy pocas. Es muy estimulante para el lector entender que algunos autores han encontrado una editorial que les comprende y les estimula para publicar libros como éste, un lugar en el que sentirse libres.
El combate cultural se reabre en forma de latido crítico, y por si se diera el caso de que alguien guardara en lo más profundo una duda, ésta quedará resuelta en cuanto se dé por concluida la lectura de este valioso volumen (tanto por su calidad literaria como por su estimulante y profunda conciencia crítica): existe otra forma de decir versos.
Ignacio Escuin Borao
(Esta reseña apareció publicada en la Revista Turia).

domingo, 3 de febrero de 2008

ALGUNAS NOTAS SOBRE MUJERES, POESÍA Y VIDA

La verdadera Historia de los hombres, vv.aa., Zaragoza, Eclipsados, 2005
Tintación, Almudena Vidorreta, Zaragoza, Eclipsados, 2007


Alrededor de la poesía actual circulan ciertos asusntos que la vinculan a fenómenos tan amplios y difíciles de explicar como la postmodernidad, o estructuras tan poco definidas como el poema en prosa o un supuesto cambio que se viene evidenciando y que algunos asumen como novedoso aunque no deja de ser una variación puramente evolucionista en el sistema poético actual. Sin embargo existen otras cuestiones que a menudo pasan desapercibidas que resultan mucho más interesantes y llamativas como el compromiso literario, el espiíritu crítico, el riesgo, la verdad o verosimilitud (o como queramos denominarla), el ingrediente femenino y otros términos.
Son muchos los poetas que ejercen ahora la crítica literaria y se esfuerzan en encontrar un sentido estructural que justifique todo, una teoría globalizadora que permita meter en un mismo saco la poesía crítica de los Falcón, Riechmann, Orihuela, Méndez Rubio, el poema pretendidamente realista de González, Iribarren, Casares, Stabile o Vaz, o el lirismo e íntimo tono de Reyes, Beltrán, Medel, Castaño o Pérez Cañamares. A mi juicio nada puede explicar mejor todo esto que diferentes teorías aplicadas a cada una de estas poéticas y, por lo tanto, sólo desde un elemento común e indiscutible podremos establecer alguna teoría que englobe a más de una.
Mi elección en estas páginas será el género como elemento catalizador para hablar de dos publicaciones que han marcado el devenir de una editorial independiente que apuesta por la publicación de voces interesantes sean de un tipo o de otro. La editorial señalada es Eclipsados, un sello aragonés que funciona desde 2004 pero que se dio a conocer a partir de 2005 con la publicación de la antología de poesía La verdadera historia de los hombres coordinada por el poeta asturiano David González y el turolense Ignacio Escuin. En ella diez voces bien diferenciadas se hacían eco de la relación de género que se establece en la propia vida, y Ana Vanessa Gutiérrez, Carmen Beltrán, Elena Pallarés, Eva Vaz, Isabel Bono, Isla Correyero, Idoia Ikardo, Miriam Reyes, Roxana Popelka y Sonia San Román expresan, desde distintos puntos de vista (del cariño al odio, de la rabia al llanto enamorado), "la manera de decir" de diez mujeres que escriben poesía.
Esta antología ha recorrido las estanterías de muchas librerías de España y continua siendo un libro de referencia en lo que a la escritura de género se refiere en este país, pero a este fenómeno hay que sumar la publicación de otros nombres en la editorial que han añadido su granito de arena a esta cuestión como Graciela Baquero o Almudena Vidorreta.
La poesía de Almudena Vidorreta es deascarnada, tierna, apasionadamente personal, erótica, pornográfica en momentos, lírica como muy pocos consiguen serlo sin rozar la cursilería y actual (sus versos en coasiones suenan a otras jóvenes poetas como Medel o algunas de las ya citadas en el anterior libro). El deseo de hacer de la identidad femenina un santo y seña plantea su punto álgido en poemas como este

Tengo el pubis encharcado
y una migraña que me come viva.
No hay máscara de pestañas
suficiente para endurecer
y enderezar de una vez por todas
el pelo negro de mis ojos tristes:
con tanta lágrima,
con tanto fluido vaginal,
no puedo sentirme rebelde...
Será por eso que trato de maquillarme
y será por eso que me da por llorar.

Algo que también se da en poemas de las poetas que aparecen en la antología que aqui nos ocupa, como en estos versos de Eva Vaz

ENSEÑANZA SUPERIOIR
He necesitado cumplir los 25.
He necesitado licenciarme
en Filosofía,
y perseguir un doctorado,
y despellejar mi paciencia
en unas oposiciones,
para descubrir que lo más apreciable,
mi mejor joya:
mi COÑO.

Ahora me faltan años
y currículum
para retroceder en el tiempo
y ejercitar otras virtudes
y conquistar el mundo
en un abrir y cerrar
de piernas.

Estas líneas sólo pretenden ser una pequeña muestra de lo que en las páginas de ambos libros podrá encontrar el lector: mujeres con marcado tono femenino que se reivindican físca y poéticamente. Un deseo enorme de ser mujer, deseo de ser ella y mostrar a los demás los puntos de vista más íntimos de la poética femina actual. Todas ellas son ejemplos magníficos y junto a los textos de Viloeta G. Rangel (sea ella o él) representan el canto más llamativo de la mujer, la poesía y el mundo.
Santiago García Beimberg

domingo, 27 de enero de 2008

Anne Carson, Hombres en sus horas libres, traducción de Jordi Doce, Valencia, Pre-Textos, 2007, 383 páginas.

Anne Carson o el riesgo de lo singular
En un panorama poético actual marcado por la escasez de apuestas innovadoras y por la extensa nómina de autores que, acomodados, tratan de escribir una y otra vez el mismo libro que no les haga salirse de la norma, publicaciones como este “Hombres en sus horas libres” resulta mucho más atractivo y llamativo. Bien es sabido que la globalización aporta un mayor grado de exclusividad a quien posee una voz diferenciada de la voz establecida por la masa pero si a esto sumamos una asunción de riesgo estructural y poético como el de Anne Carson el resultado no puede más que arrojar un libro único, singular y, ante todo, diferente.
Anne Carson es una de esas autoras que exploran en los límites del género y traspasan las barreras por casi todos respetadas y así son comunes en su bibliografía los libros misceláneos, o experimentos como la novela en verso Autobiography of Red (1998). El talento de Anne Carson trasciende también los límites de la obra y quizá este sea el motivo por el que trata de buscar campos de trabajo más extensos, y ante todo no limitados. En “Hombres en sus horas libres” el lector encontrará poemas en verso (“Quería huir contigo esta noche / pero eres una mujer difícil / las normas que hay en ti… / Pasado y futuro giran a nuestro alrededor / ahora sabemos más ahora menos / en el instituto de las sombras.”), poemas en prosa (“Los fines de semana son largos y blancos. La nieve se apila contra la puerta. Hilos distantes de piano desde el piso de abajo. Deneuve friega la cristalería. La seca. Las horas fluyen…”), textos de carácter teatral, supuestas entrevistas en la que no existe entrevistador ni preguntas, diagramas, anexos, epitafios (“Para obtener el sonido toma cuanto no sea el sonido déjalo caer / Por un pozo, escucha. / Luego deja caer el sonido. Escucha la diferencia / Estallar.”), epílogos, citas poéticas (que conocido el carácter de la autora pueden no ser literales) y citas bíblicas (“Lo único que digo con seguridad es que sé que si nada pasara, no habría tiempo pasado, y si nada viniera, no habría tiempo futuro, y si nada existiera, no habría tiempo presente. San Agustín, “Las confesiones”)… todo un universo magníficamente traducido por Jordi Doce y editado con el gusto habitual que Pre-Textos, en su colección “La cruz del Sur”, viene mostrando.
Pasean entre las páginas de este libro Catulo, Safo, Virginia Wolf, la sombra de Celan, Freud, Artaud, Tolstoi, Lázaro, Antígona… y el lector los reconoce nombrados por la autora o al leer los versos que los evocan, con la elegancia de quien los ha leído, visto y sentido, y transmite en sus textos la esencia de los otros. Como cuchillos que se clavan en la memoria quedan algunos versos de este libro en el lector (“Pues después, dicho poéticamente, después vendrá el tiempo de la sangre.”), otros inquietan (“Su doble está loco. / La desventaja de estar loco es que no podía estarlo y decirlo a la vez.”), y la mayor parte de los mismos inducen al lector a la reflexión y el análisis de lo visto y lo vivido (“Pues ¿en qué difiere el tiempo de la eternidad sino en que lo medimos?”).
Muchas son las novedades que aparecen en las librerías año tras año pero sólo algunas permanecen en las estanterías y en la memoria, “Hombres en sus horas libres” es una de ellas.

Ignacio Escuin Borao

(Esta reseña se publicó parcialmente en el suplemento “Artes y Letras” de Heraldo de Aragón, el jueves 24 de enero de 2008)

viernes, 18 de enero de 2008

Karmelo C. Iribarren, Ola de frío, Sevilla, Renacimiento, 2007

Todo poeta joven de la actualidad que se precie o aprendiz de poeta (si es que alguien duda sobre la terminología debo señalar que se trata de una impresión personal, de un proceso de evolución constante, quizá sea porque nunca un poeta deja de ser un aprendiz) se ha criado alrededor de las grandes figuras de la poesía española actual, a saber: García Montero, Carlos Marzal, Benítez Reyes, Villena, Martínez Sarrión, Jaime Siles, Juaristi... y de ellos habrá tomado mucho (si su estética pretende ser cercana) o poco (si decide que su planteamiento estilístico-lingüístico va por otros derroteros). De ellos habrá aprendido mucho, a quererlos o a odiarlos pero una figura se abre entre los nombres de estos clásicos actuales gozando siempre (o en el mayor número de los casos) de la admiración del joven poeta o aprendiz: Karmelo C. Iribarren.
Muchos ubicarán la poesía de Iribarren junto a la de Roger Wolfe (esta revista ha recogido artículos sobre la poesía del poeta de Kent) en esos deseos por la catalogación fácil que simplifican los esfuerzos por conocer las estéticas diferentes que conviven en la poesía española última (leído uno leídos todos, piensan erróneamente algunos de los que pretenden conocer la poesía española sin mancharse apenas con las páginas escritas). La poesía de Iribarren es contundente, sin alardes, concisa y magnética, realista y al mismo tiempo existencial (estéticas no tan alejadas a fin de cuentas), un regalo para todos los amantes de la misma.
Hasta ahora cualquiera que hubiera conocido la obra de Iribarren (recogida de magnífico modo en una obra completa titulada Seguro que esta historia te suena, Renacimiento) hablaría de constantes temáticas como las mujeres, los bares y cierta decepción vital (aunque en este punto el autor se muestra contrario a mi interpretación, todo hay que decirlo) pero aquel que vaya a la librería y decida adentrarse entre las páginas de esta ola va a encontrar además de todo eso candor, amor y esperanza. Ola de frío es, probablemente el mejor de los libros de poesía publicados en lo que va de año (y en mucho tiempo, la verdad). Su impacto es tan monumental que uno no puede dejar de rememorar momentos intensos, divertidos, tremendos… momentos que jamás caen en la cursilería y que en ocasiones rozan la perfección. La contundente poesía de Iribarren alcanza al lector y lo convierte en cómplice, a fin de cuentas ése es el único objetivo de un poeta.
Voy como suelo ir siempre / en invierno: gorra, chupa / de cuero, zapatos negros / de verdad, el paraguas a modo / de bastón. Muevo un poco / la cabeza y veo mi reflejo / en el cristal de una boutique. / Hago un alto y me observo. / Parece que me confundido / de plató, pero me gusta lo que veo. / Sí, un tipo sólido, sobrio, serio, / de los que ya no se ven. /Sigo andando hacia La Concha./ Tanta hostia y tanto colorín.


Ignacio Escuin Borao

jueves, 10 de enero de 2008

Sharon Olds, Los muertos y los vivos, traducción de J.J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas, Edición bilingüe, Madrid, Bartleby Editores, 2006,

Olds es una poeta profunda, seria, impactante, realista, y su poesía se ha convertido en santo y seña del resto de poetas realistas (el impacto del libro publicado hace unos años por Bartleby, El padre, merecerá un lugar en las historias de la poesía moderna pues su trascendencia en las obras de David González, Elena Medel, Eva Vaz y Miriam Reyes, entre otros, lo convierte en un clásico moderno entre los jóvenes poetas). En este libro Olds va un paso más allá y a su ya reconocible fortaleza suma un apasionado intento por la poesía de corte crítico y se enfrenta en algunos poemas a cuestiones de orden social alcanzando cuotas de gran lirismo y también de precisión literaria. Este ejercicio de crónica social, de búsqueda de poesía en los aspectos más crudos y oscuros de la historia hacen de este libro un nuevo manual de actuación poética. Pero eso no es todo, en este libro se adivinan también matices que llevan a Olds a marcar su naturaleza, un giro sorprendente hacia la temática femenina que plantea alguna semejanza con lo mostrado por otra grande, Diane di Prima o, por otro lado, una aproximación al mito de Marilyn Monroe que desprende un dulce aroma a Ernesto Cardenal y su oda. Los muertos y los vivos es, en definitiva, un libro que contiene tantos libros en su interior como partes presenta, una demostración de maestría poética extraordinaria.
Hace ya algún tiempo que la poesía norteamericana ha dejado de ser misteriosa, lejana y propia de aquellos que contaban con un estímulo mayor para realizar las búsquedas de los autores y los libros más destacados. De un tiempo a esta parte las editoriales han dado un paso más allá y han convertido a los poetas norteamericanos en un valor común en sus catálogos, mención aparte merecen editoriales como la de este libro que ha tomado como uno de sus rasgos representativos esa apuesta por la poesía americana. Y eso es de agradecer.
Ignacio Escuin Borao

viernes, 4 de enero de 2008

Jorge Riechmann, Conversaciones entre alquimistas, Barcelona, Tusquets, 2007, 126 páginas.

Jorge Riechmann es uno de los autores que se han convertido en referencia en la escena poética española y que ha conseguido la difícil misión de que todo lector de poesía pueda citar de memoria, uno de los títulos de sus libros, al menos, sin mucho esfuerzo (El día que dejé de leer El País, Ahí te quiero ver...) y lo ha hecho no sólo gracias a su “buenhacer” poético sino también a través de sus magníficas traducciones (René Char, entre otros), sus estudios literarios (Canciones allende lo humano...) y sobre todo su posición ante la poesía y ante la vida. Resulta sumamente interesante el concepto que rodea todo libro de Jorge Riechmann, el compromiso con sus creencias y con su posición que justamente le ha llevado a esta editorial, Tusquets, que de alguna forma lo sitúa entre los poetas más significativos del país (aunque esta posición ya la había logrado el autor gracias a todo lo mencionado).
Conversaciones entre alquimistas es un libro lleno de poemas estupendos, una recopilación de certezas y de sueños también, un encuentro entre el poeta y el lector sin restricciones ya que Riechmann se muestra tal y como es siempre, sin máscaras, fiel a sus ideales y su estética. La poesía en tantas ocasiones vinculada al desconsuelo o la desesperanza abre un nuevo sendero hacia la posibilidad, existe una manera distinta de supervivencia vinculada siempre a la cordura y el sentido común en los poemas de este libro, un camino se abre a la esperanza entre huelgas generales, miserias poéticas y la ley de los grandes números que rige el mundo en el que vivimos. La esencia misma de la vida se extiende en este libro: “No despegarse de la tierra / No aferrar / Dejar ir”.
Ignacio Escuín Borao
(Reseña publicada en el último número de la Revista Eclipse, noviembre 2007)